domingo, 22 de agosto de 2010

Cargol treu banya...

Si vamos justo detrás de la Catedral y observamos su torre derecha, vale la pena perder unos
minutos para buscar unos caracoles.

Existe una leyenda con picardía sobre el tema. Ésta dice que el maestro constructor de la Catedral tenia una esposa que le ponía los cuernos y al esculpir los caracoles quiso indicar que conocía la infidelidad de su mujer y que él se permitía ponerle unos cuernos aún más
grandes (en forma de escultura claro).

Realmente, los caracoles se colocaron en recuerdo de la plaga sufrida en el s. XVI mientras se edificaba el templo y que quedó plasmado en su escalera, así como también en el campanario y las archivoltas del portal de Santa Eulalia.


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